Este finde pasadito, mi Nenuco y yo fuimos al festival gastronómico Entre Ruedas de Providencia, en pleno Parque Bustamante. Ya habíamos tratado de ir en su edición anterior, pero esta vez logramos entrar y vencer la fiaca de hacer colas eternas.
Nos pasó que fuimos el viernes después de comer en otro restaurant (el King’s Cross – se viene review) a ver cómo estaba la cosa, y vimos que no había tanta gente. ‘Piola‘, pensamos. ‘Vengamos mañana como a esta hora‘. Pero nop. No podía estar más lleno el sábado! Tuvimos sosí la mega suerte de encontrar el carro que queríamos probar, completamente vacío. Rolling Kitchen, se llamaba. Nos dice la chica que atiende ‘solo nos quedan hamburguesas de poroto negro y guacamole‘. Yapo, era justo lo que queríamos probar, de lo que nos tincó el día anterior.
3 luquitas cada una, linda, contundente, bien hechita, un poco desordenada para comer, pero qué comida al paso al final no lo es.
Después yo estaba muriendo (sí, muriendo) por una limonada. Encontramos una kombi que vendía, pero estaban agotadas, según su cartelito. Nos movimos al puesto que vendía las obleas con manjar gigantes, y vi que tenían limonada con coco. ‘Oh, y este hallazgo?‘ Me puse a la fila, mientras mi Nenuco se iba a comprar un jugo de pulpa de berries en otro puesto. Después de 10 minutos de «vagancia con fines culinarios», llega mi turno y me dicen ‘se terminó la limonada!‘ Pero hice la mansa fila…‘ay, en serio, pucha‘, me dice ella…un cartelito hubiera sido buena idea, no?
Mi Nenuco me alegró el rato trayéndome una manzana cubierta en chocolate y sprinkles de colores. Excelente idea.
Al final nos aburrimos de buscar limonada e hicimos la fila en el Big Boba, un favorito de estos nenucos, que nunca nos falla. No les quedaba tapioca, pero compensaron con pops de fruta extras. Nice.
Probé el de piña colada, base leche, con pops de frutilla y pops extra de naranja, y creo que mi combinación bizarra no quedó nada mal, jum jum. Un buen cierre a otro finde de exploraciones comidísticas.