Mientras preparo el mega-post de Perú Gourmet, les relleno cuento un par de anécdotas recientes, para no trampearles el post de hoy XD
Anécdota 1: Admiren este gohan. Se llama gohan ‘Mar‘, por los ingredientes que llevan. No es malo, verán. Lo compro cerca de mi trabajo, en Aki Go Sushi. Y me gusta ir ahí (o me gustaba) porque tienen todos los ingredientes pre-cortados y por lo tanto en el caso del gohan, es llegar y armar. El pedido siempre está listo casi cuando estás pagando. Maravilloso. Yo misma escribí hace meses en mi review de Zomato:
Pero esta vez no fue así. No sé qué política establecieron ahora, ni por qué, la cosa es que en vez de trabajar los pedidos pequeños en paralelo a los grandes -que es como debe hacerse-, los trabajaron todos en orden de llegada. Wat. No es posible que si yo pido por ejemplo un pocillo de soya extra, me dejen a la cola de una orden de 60 piezas de sushi, ¿verdad?
La cosa es que tomaron al menos 20 minutos en entregarme lo mío, porque obviamente habían pedidos antes. Pedidos harto mayores. Y yo parada ahí como una Nenuca especialmente gil. (Nenuca Gil, es de Jesmar)
Lo otro, cambiaron el clásico vaso de plumavit por uno de plástico. Menos mal que comí de inmediato, porque si pasaba más tiempo en ese vaso, yo creo que la comida iba a languidecer prontito. Para no repetir 😦
Anécdota 2: La otra vez fuimos a un Santa Isabel a agenciarnos de cosillas que faltaban para la despensa de mi Nenuco. Sacamos un número para la fiambrería, y yo me quedé esperando a pedir un trozo de queso mantecoso, mientras él iba a buscar las otras cosas.
Como había algo de gente antes de nosotros, y la atención no estaba estelarmente rápida, me entretuve mirando cómo el fiambrero atendía a los otros clientes. ¿Han escuchado el concepto de ‘odiar tu trabajo’? Este fiambrero ABORRECÍA su trabajo. Y se desquitaba con el jamón y el queso. Ni siquiera con los clientes. Esta persona se la tenía jurada a la pierna acaramelada. El queso chanco había sobajeado a su abuela. Esa pichanga era enemigo público número 1, a ojos de este tipo.
Literalmente nunca había visto a alguien angry-laminar un jamón. Todo lo hacía enojadamente: angry-cortaba queso, angry-laminaba, angry-empaquetaba, angry-veía que le sobraba queso, angry-cortaba el sobrante, angry-entregaba el queso con el peso correcto. Nuestro queso lo procesó también angry-mente y angry-cortó el trozo del peso preciso. Que esté enojado no implica mal ojo.
Y yo muerta de la risa mirando el espectáculo, esperando que nadie que me viera relacionara mis carcajadas con el enojo jamonísitco del fiambrero. Espero su día haya mejorado desde ahí, al menos…