En esta nueva sección del blog (cuántas van ya? jaja) hablaré de juegos en los que la comida se vea involucrada de algún modo, y decidí partir por esta tremendo hit en mi círculo de amigos. Una vez veas de qué va, lo querrás para tus amigos, también. Sobre todo si hay alguno que te caiga medio mal.
¿Alguien acá leyó Harry Potter? Para los que sí, recordarán los jelly beans de Bertie Bott’s, que prometían venir de ‘todos los sabores’. Y querían decir todos, porque si bien había limón, naranja y chocolate, también había pasto, vómito y cerilla de oído; y nunca podías saber cuál era cuál.
La marca Jelly Belly se tomó de este concepto y creó el juego de mesa más aterrador y sin embargo ridículamente atractivo llamado Beanboozled. No, en serio. No conozco a nadie que se resista a jugarlo, es como que amaran el peligro.
La premisa es muy simple: se tira una pequeña ruleta incluida en la caja de jelly beans y te sale una opción de bean que deberás comer. Cada bean de rico sabor, tiene una contraparte de sabor asqueroso, que se ve igual –pero igual- al que sabe rico. Por lo tanto al elegir un bean, no sabes si te llevas a la boca uno bueno o el peor horror de tu vida.
Los sabores lindos son cosas como lima, tutti frutii, popcorn, durazno, berries, pera.
Los sabores que te harán odiar a tu madre por traerte a este mundo para que pudieras vivir este momento, son cosas como calcetas sucias, pasto cortado, huevo podrido, pasta de dientes, comida de perro, vómito y moco.
Prohibido escupir, hay que tomarla como Conan.
El juego se ha hecho especialmente popular con YouTubers, que se filman jugando para registrar sus reacciones.
No andábamos con cámara de video, pero sí registramos momentos del juego.
Ojo, siempre habrá alguien a quien le salgan muy pocos beans malos (y los malos serán pasables, más encima). Odiarán a esa persona.
Dónde: Beanboozled, se puede encontrar en The Candyland.