Hay taaaaanto que contar, pero partiré por un día flojito y un finde ídem, jeje. Y fotos, muchas fotos. Así se escribe menos, ojojojo.
Rescato un desayunito de campeones en el Había Una Vez, la cafetería coreana por excelencia.

Batido gigante para dos, sandwiches de bulgogi (carne en tiras, marinada), panes fritos con vegetales y carne, y pastafrola de frambuesa (que dejamos para más tarde, nunca tan cerdos), yum
Anduvimos también por Estación Central, buscando algo específico, pero pillamos cosas entretes entre medio, y recomiendo que todos se den alguna vuelta por ahí de vez en cuando. Hay tesoros, pero de verdad.

O a que ustedes no quieren su propio…Taikongshenrs? Eh?
Pillamos también una tiendita de dulces importados de los que ya hay cada vez más (creo que era The Candy Land) y compramos un Oh Henry, solo por la referencia Seinfeldesca. Ah, por cierto, es como un Snickers, pero con una proporción obscena de nougat. No sé si eso es bueno o malo. Pero estaba rico.
El sábado me dio por hacer veraneadas. Así que aparte de ser oficialmente la primera manguereada del año (y no, jamás se es demasiado adulto para manguerearse, eso es ignorancia), hicimos helado de plátano con chocolate, que fue medio fail, pero rico. Obtuve la receta de una página, así que próximamente hablaré de ambas dos cosas y les comparto mi experiencia.
El domingo nos castigamos aún más con Taco Bell y Subway. Por cierto me pasó una talla en el Subway que fue bien miedito: estábamos haciendo la fila porque mi Nenuco quería su sub de atún. La fila estaba larga (porque vamos que Subway tiene el servicio más lento de la historia), pero ya casi llegando nuestro turno, empezamos a escuchar a un cliente al frente de la fila, exigiendo no sé qué cada vez más fuerte, hasta llegar a los gritos, y de pronto dio una fuertísima palmada sobre el mesón, que se escuchó feeeeo y fueeeerte.
Y qué iba a hacer yo, pues. Encararlo, obviamente. Gran idea. Le dije cara a cara que qué onda, que qué se cree, que no se vinier a poner violento. No sé cómo me boto a chora de esa forma, lel. Y solo atinó a mirarme como si tuviera lásers en los ojos (pero no tienes láseres, mijo. No tienes. Así que no me asustas pero para nada); luego se fue, y le insulté su poca educación. Mish, gente altanera, como si fueran manso aporte. Relaje la vena, mejor.
Luego pasamos al Inside Tea Connection para sus deliciosas bebidas frutales. Imagínese el Inside como un Starbucks, pero en base a té en vez de café. Para alguien como yo que no gusta del café, eso es tanto mejor. Se viene review del local, por cierto 😉
Y los voy dejando con otras cosas random (por cierto, las calcetas de Sailor Mercury y otras, a 2.000 en el piso de diseño del Parque Arauco. No crea que solo hay tips de comida acá)
Terminamos el día con un gohan sushi hecho en casa.
Este miércoles sintonice para un review de un datito de comida coreana. No se lo pierda. Salvo que usted esté enojado con Subway y la niñita que casi le hace una llave de submisión por choro. Si usted es esa persona, no me siga, porfa.