No me había tocado hacer nunca un review así, pero ésta es la verdad: ¡ni siquiera llegamos a probar los pasteles! Entendámonos: adoro las patisseries y los pastelitos y dulces de especialidad y veníamos con toda la intención de probar los de la famosa Toortu.
Quedaba poquita variedad, así que pedimos lo que se viera más interesante: yo pedí un pastelito de Ulpo (tartaletita rellena de huesillos con masa de harina tostada encima; prometía) y mi Nenuco se decantó por un Tokio, porque a pesar de traer chocolate blanco, tenía además matcha (té verde de ceremonia), un sabor que lo trastorna y que perseguimos cada vez que sea posible.
Llegó la hora de pagar, habrá salido unos 3500 el total. Nada mal. Le pasé a la chica un billete de 10.000, porque no tenía suficiente molido (tendría luca, a lo más). Ella me pregunta si no tengo más sencillo. Ni mi Nenuco ni yo teníamos más cambio, ni andábamos con Redcompra. Decidimos agregar huevos de campo, para ayudar a la chica con el tema del vuelto, y me dijo que así y todo no tenía. OK, ¿cómo tanto? Es una pastelería/panadería, después de todo. Deberían justamente manejar cambio como para ese tipo de transacciones. Es el tipo de negocio que más cambio en la vida debería tener, y preocuparse de que así sea.
Acá se empieza a poner absurdo: ella me dice ‘anda al negocio de acá cerca y cómprate una botella de agua y ahí tendrás cambio’. Y yo quedé como confundida y casi le hice caso, mientras otro lado de mí pensaba ‘espera, qué?? que tengo que ir yo a comprar algo que no quiero?’ Salí igual. El negocio mencionado estaba cerrado y no había nada cerca.
Me dijo que saliera a buscar algo donde cambiar plata. Habiendo una peluquería cerca donde bien perfectamente ella pudo haber ido a cambiar, en vez de pasarme esa responsabilidad a mí. Yo no soy la que maneja caja, por lo tanto no tengo por qué darme la media lata de ir a no sé dónde a buscar cambio. No, pues. Eso cae en el amplio terreno de la mala atención.
Sorry, pero no. Salimos del local mi Nenuco y yo y le dije ‘no pienso ir a otro lado a buscar cambio, así que filo, vámonos’. Ni siquiera disculpas recibimos. O un mínimo de esfuerzo, por último pretende que estás haciendo algo por solucionar el tema, y ahí yo consideraría volver. Pero no, nada. Nos trató con mucha desidia, de verdad no estaba ni ahí con concretar la venta, solo puso el mínimo esfuerzo.
No merecen una segunda visita. Lo siento.
La Nenuca Con Tenedor 