Element: un aniversario de aquellos

DSC01860Element, conocido como ‘el secreto mejor guardado de La Reina’, se venía con grandes expectativas. Celebramos nuestro tercer aniversario en este local, esperando que fuera una tremenda experiencia, y parto por decir que lo fue. Eso y más.

Llegamos temprano y tuvimos el local prácticamente para nosotros casi toda la velada, lo cual fue muy agradable. El local no es ‘frío’, ni tiene problemas generando onda cuando no hay más personas. La propia construcción tiene demasiado ambiente. Es como una mezcla entre sureño y una casa salida del Hobbit. Algo de ambos debe haber, porque eso mismo se refleja también en los platos.

La terraza y todo el ambiente exterior son exquisitos, pero para esta ocasión preferimos el interior, al ser más íntimo. Adoramos cada detalle puesto en la decoración. Los peces koi, las barandas de troncos, hasta los cubiertos.

Partimos con limonadas con menta bastante exquisitas, sobre todo para el calor estival de ese día (que me tiene chata, por cierto, calor ándate porfa) Nos trajeron pancito integral con mayonesa de soya bien correcta. El pan se nota hecho acá mismo, lo cual siempre es un plus.

De entrada, compartimos unos Dedos de Duende, que son camarones ecuatorianos envueltos en láminas de wagyu, salteado en mantequilla. En general no me agrada esa combinación, y para otros puede resultar muy simple, pero la calidad de ingredientes y el preparado del wagyu hicieron de éste un plato destacable. También pedimos un ceviche de la casa: salmón, camarones ecuatorianos, leche de tigre y una lámina de rocoto y una de plátano frito. Muy buena y fresca combinación, de verdad ideal para el calorcito, incluso a esa hora. Si de repente nada más le tinca o no es una persona arriesgada, con el ceviche queda seguro.

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Ceviche de la casa

Antes de los fondos, nos trajeron dos cucharitas con sorbetes para cambiar de sabor, y un pequeño jueguito: debíamos adivinar qué sabor eran. No anduvimos ni cerca. Dije manzana y limón, creo?? Eran de kiwi con naranja. Deliciosos, sí. Y eso que no me gusta el kiwi. Tipo ‘wow, de verdad no me gusta el kiwi y ojalá no deba volver a probar uno’. Pero el sorbete estaba exquisito! Una agradable sorpresa, me gustó el detalle.

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Sorbete de kiwi

OK, los que me conocen bien saben que muero por el pastel de choclo y que apenas llega el verano, comienzo a exigirlo como derecho ciudadano. Cuando vi que tenían uno con toque personal de autor, no pude no pedirlo (además me habían contado que es grandecito) Y la verdad es que estaba exquisito: el pino es de lomo de angus y se notó. Además traía huevo, pollo y por supuesto la pastelera, más que correcta. Era un típico pastel de choclo, pero en bonito. Como que cada ingrediente venía en su versión gourmet. Y sí, es grandecito. Amor eterno para este pastel de choclo.

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Mi Nenuco adora los porotos granados, y se tentó con el poroticán. Que es algo así como porotos granados, pero con ají, tomates, chicharrones. La receta es bien del dueño y se extrañaron cuando la pedimos; al parecer no tiene mucha salida. Error. Si bien casi todos vienen por las carnes, esta receta estuvo ultra destacable, aún para mí que tengo desprecio a los porotos granados, desprecio que se remonta a mi infancia, cuando me hacían desgranar vainas en casa de mi Opapa. Ugh. Pero sí recomiendo pidan este plato. Arriésguese.

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Nos preguntaron la ocasión y dijimos que era nuestro aniversario. Para tal, nos ofrecieron o dos copas de espumante, o un postre por cuenta de la casa. No somos grandes bebedores (sobre todo yo, como ya sabrán), así que el postre cayó de perilla.

Oh, dios, los postres. Volvería solo por los postres, en serio (sé que siempre lo digo, pero acá de verdad verdad pretendo hacerlo pronto): el postre por cortesía de la casa fue una trilogía de créme brûlée en distintos sabores. Amaretto, té y otro de jengibre. Una degustación más que correcta; además, escribieron Feliz Aniversario con chocolate y salsa de frambuesa. Demasiado hermoso.

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Mi postre fue apoteósico: pedí un arroz con leche casero que venía dentro de una tulipa crujiente de galleta con amapola, rodeada de salsa de frambuesa y una bolita de helado de canela. La recomendación fue romper la galleta y que el arroz con leche tibio se mezclara con el helado y diohmío, tenían razón. La mezcla quedó refrescante y deliciosa y les juro que babeo mientras escribo esto, porque me acuerdo y quiero puro volver a probar este plato.

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Postre hermoso de la hermosidad

El servicio estuvo excelente de cabo a rabo, nos atendió una chica de pinta new age demasiado agradable y atenta. No comprendo los comentarios que hablaron en contra del servicio; asumiré que simplemente hay instancias en que la gente prefiere el típico garzón de negro y blanco, o algo así. Fomitos ellos.

Aviso que -como hago siempre-, visité el baño y me encantó. Tiene el toque del resto del local, fuentes para lavarse las manos, toallas con el monograma del local…lo único, es que no hay espejos! Aunque admito que eso le daba una onda más mística.

Ojo: no cuentan con RedCompra, por decisión del dueño. Menos mal que sabíamos antes al leer comentarios, pero cumplo con avisar.

Dónde: Element, Monseñor Edwards 1636, La Reina, Santiago
Precio: Unos $45.000-$50.000 por dos personas
Element Menu, Reviews, Photos, Location and Info - Zomato

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