Los que ya me cachan saben que le tiro mil flores al Daniel’s, del cual ya había hecho un review por aquí.
Peeero han estado haciendo cambios constantes en la cartita, así que por fin dejamos de lado la modorra para ir a probar alguna cosa poca nueva. Llegamos en la tardecita de un sábado, cercano a la hora de once y ya estaba lleno! Daniel’s ha dado de qué hablar y está más popularsss, pero la atención sigue siendo excelente.
Así que si bien el piso de arriba estaba completo, nos acomodaron super bien en el patio, con estufita y mantitas para los pies, que desde que lo vi en el Singular, creo que es de las mejores ideas ever.
Además colgaron luces en los toldos y todo toma una onda medio BBQ gringa pero en bonito, al caer la noche.
Partimos por un chocolate caliente con malvaviscos, clásico ya imperdible; sorry, no es nuevo, pero es que no se puede no pedir uno, acá lo hacen en su punto justo y no escatiman en marshmallows.
Pedimos además un smoothie de yoghurt con frambuesa, gigante! y delicioso. Sabe harto a yoghurt, así que si no creció con el Soprole todos los días, abstenerse.
Para comer, el Nenuco pidió el sandwich Épico, con camarones salteados, rúcula y salsa de queso azul. Si bien según él podría haber tenido más queso azul, estaba buenazo. Yo soy menos fan de este queso (pese a que amo los quesos), así que para mí estaba en su justa medida. Viene por supuesto con una ensaladita con dressing.
Lo gracioso es que yo ya había comentado sobre lo suculento que se veía este sandwich hace harto tiempo en su Face (donde los psicopateo), así que era solo el destino que el Nenuco lo pidiera. Pics or it didn’t happen:
Yo pedí el mac and cheese, pero es que déjenme hablarles de este mac and cheese. Si bien ya lo había pedido hace un tiempo, desde entonces que lo pienso día y noche, oh, cómo te adoro, mac and cheese del Daniel’s.
Si usted cree que será como el horrendamente tóxico mac&cheese Kraft que se compra en el super, error. Es una interminable ollita de macaroni (pero da real macaroni) nadando en una piscina de salsa de queso cheddar derretido y trocitos de bróccoli, además de crutones de pan brioche tostado. De verdad lo amo, es mi nuevo favorito de la vida…ah, pucha, ya quiero volver solo por escribir esto 😦
Terminamos la velada con el más delicioso pie de limón que he probado en la vida. Incluso el del difunto Canela con su merengue perfecto no le llega. No sé qué le pusieron, pero tiene un tremendo sabor fresco, alimonado, como de limón sutil peruano, que se pasó.
Yo me fui por el ya nuevo clásico del local, la torta de Snickers. Una bomba de chocolate, mantequilla de maní y trozos de Snickers que te deja turulato. No hay mejor coronación que esta belleza. Blanda, cremosa, densita, enorme. Ni alcancé a terminarla. Es lo que siempre recomiendo más del menú dulce, cuando me preguntan.
Nos quedan aún varias cosillas nuevas que probar, sobre todo sandwiches, la nueva pizza y nuevas creaciones dulces que Daniel’s hornea cada día, así que puede que volvamos lueguito. Les sugiero seguirlos en el Face, porque ahí van subiendo todas sus novedades, y así pueden psicopatearlos como yo.
Dónde: Daniel’s, Celerino Pereira 1530, Ñuñoa, Santiago
Precio: Unos $24.000 por dos personas
La Nenuca Con Tenedor 