Advertencia: sí sé que dije en mi nota anterior que mis fotos iban a dejar de ser preocupantemente deficientes porque tengo cámara nueva, pero esta nota la estaba preparando de antes, entonces no alcanzó a la gran revolución cinematográfica que es mi nueva Fuji, y puede que tenga que rellenar con memes. Deal with it.
Desde Septiembre, La Forja es el nuevo reducto sandwichero que ofrece los clásicos de siempre tipo churrasco, lomito, vienesa, hamburguesa, todo en versión italiana, luco, chacarero. También tienen una opción vegetariana de lentejas (y pucha, en estos días es como mala idea no tener.) Todas vienen con papas, y se puede elegir pan de molde, marraqueta o frica.
Pero la gracia es que tienen una selección de sandwiches de la casa, con receta propia (todo lo de elaboración local está amigablemente marcado por un loguito LF en la carta, ojo!) De ellos, lo más popular son la plateada y la hamburguesa, que son justamente lo que nos trajo acá.

Para los que creen que el Nenuco ya no existe, porque hace rato que no lo posteaba.
La Plateada La Forja ($7.200) le lleva plateada, rúcula, palta, queso azul, cebolla caramelizada y lactonesa (también de elaboración propia!) La pedimos en marraqueta porque me tincó, no más.
Por otro lado, la Anvil Burger ($6.900) tiene cebolla salteada, pepinillo dill, salsa BBQ, cheddar y tocino. Me llamó la atención lo agringá, así que pedimos una obviamente en frica.
Nos cuentan de paso que también se puede pedir una fuente con plateada o albóndigas (con la misma carne de la hamburguesa), acompañada de tostaditas y salsas. Claramente la plateada y la burger son los caballitos de batalla acá, así que me sentí confiá con la elección. Ustedes cachan que la mechada es el rey de la cuadra en este momento. Pero les digo que ojito, su primo hermano la plateada va a ser el nuevo «it» de la gastronomía, ya van a ver. En este punto, le tengo fe a la plateada La Forja. Es más, en mis anotaciones de este local, dice textualmente «Le tengo (+) fe que a la burger, pese a que estoy en una cruzada por encontrar la mejor burger de Santiago» (lo cual es verdá, ando de cruzadas por el santo grial cárnico)
Partimos con unas limonadas menta jengibre. Son grandes, y el sabor va de acuerdo al standard. Me acabo de preguntar cuántas veces he pedido limonada desde que empecé a bloggear. Estoy tan contenta de que la limonada sea la bebida más popular de los locales hoy en día. Falta que ofrezcan la versión pink nomás (ahí les dejo la idea…)
Llega rápidamente el pedido. El pan de la plateada fue medio complicadito, si bien crujiente. Pero bien buena la mezcla de abundante palta con la lactonesa, que estaba harto riga. El queso azul, real y moderado, pero sin «cagarse». Bastante bien la plateada en sí.
Preguntamos por qué eligieron lactonesa, no es como que se ve muy a menudo. Nos cuentan que así abarcan más público, porque es una opción más sana, ya que usan leche sin lactosa. Y sí, po, hoy demasiada gente es alérgica a ciertos componentes en la comida, lo cual es harto sospechoso, pero no es momento de hablar de conspiraciones: la lactonesa está harto wena.
Si el sandwich es bueno, la hamburguesa es EXCELENTE. Montón de cheddar, tocino crocante y quemadito, el toque dulce de la cebolla, dill pickle real, y una patty de carne increíble. Ya, la mezcla es casi básica, pero tan bien hecha, que no importa que no sea una combinación rimbombante gourmet. Si La Forja volvió a las bases de la bacon cheeseburger, volvió bien y con ganas. Esa pura carne es un fuerte contendiente a los Nenuca Burger Awards. Les tuve que preguntar qué onda: la respuesta? Wagyu. Y muuucha experimentación hasta dar con la receta ideal.
Esta hamburguesa sabe a América. Pero la buena, no la de Trump.
Pensar que le tenía menos fe; es que cómo me iba a imaginar que una sandwichería tendría tan buena hamburguesa, cuando hay tantos locales especializados solamente en burgers. A mí me dicen eso, y yo onda:
Pero no hay más dudas.
Lo único que me mató un poco la onda, fueron las papas, porque yo hubiera preferido unas más rústicas o especiadas (pero es cosa mía)
El local en sí es super chill, la atención es buena onda, y la cocina es rápida. Es un buen post-oficina, o solo para chanchear rico y en paz, mientras ven la lucha en la TV. Al menos a mí me funciona bien ese panorama.
Dónde: La Forja, Av. Magnere 1540, Providencia
Precio: Unos $20.000 por dos personas.