Honestamente, esto no es ni dato, ni novedad. Ya muchos han probado este local, peeeeero si usted es aún de aquellas pobres almas en desgracia que no se han convencido de ir, aquí está la verdad de la milanesa. O en este caso, del pollo frito.
Creo que hemos hablado de cuánto me gusta el pollito frito coreano. La fritanga que tienen, no sé cómo la hacen, no sé qué magia negra es ésta, pero es maravillosa. Hasta liviana se siente; es como cuando estabas en la U y siempre había un gallo super ‘tela’, super relax, super callado, pero preciso: no le caía pesado a nadie.
Así que ya que me gusta tanto el pollito coreano, ¿qué tal una MONTAÑA MÉTRICA de pollito coreano? Ya po. Venía saliendo yo de la pega un viernes random, y le dije al Nenuco ¿pasemos al Chicken Story? Ya que siempre teníamos ganas de probarlo, pero al final nunca nos animábamos. Si eres como yo y siempre aplazas este tipo de cosas, es como un parche curita: hay que arrancarlo de una. Así que se dijo y se hizo.
Estaba más o menos llenito, así que tomamos una mesa arriba; es caluroso y está lleno, pero tienen botón de servicio -los amo-, así que no hubo problemas, pese a que éramos los dos solos y la mayoría prefiere venir en grupos.
Yo prefiero venir con el Nenuco, que por cierto aquí está, en contra de su voluntad, pero para que vean que existe.
Como veníamos probando, pedimos una bandeja mixta ($10.900) donde la mitad del pollo trae salsa, y la otra viene solita no más. Se acompaña de papas chips y nabos. ¿Por qué nabos? No sé, ¿por qué no? No me gustan los nabos, pero es lo de menos. Vienen aparte y no ‘contaminan’ el sabor con su nabosidad.
Además viene con una bebida en lata (pedimos Sprite)
Aparte, no pudimos evitar ver pitchers de bebida azul eléctrico dando vueltas por ahí, así que nos tentamos con un pitcher de limonada ($5.900), aunque la ordenamos rosa en vez de azul, como quien se autoengaña con que ‘es más natural’.
También pedimos un jugo de betarraga y limón ($2.900) porque tienen jugos super raros acá y hay que probarlos. La próxima vez quiero pedir el de pimentón, pero hoy no andábamos tan aventureros.
El jugo está bastante bueno, pese a que no me gusta la betarraga. Así que aún para los mañosos recomiendo los jugos del local, son super diferentes.
El pitcher de limonada…ese pitcher es una historia aparte. Es GIGANTE, un presagio de las cosas por venir. No es limonada como se entiende en otros locales, no es como juguito. Es una suerte de bebida, ligeramente gasificada. Como una extraña Limón Soda (por cierto: odio los comerciales de Limón Soda. Listo, arruiné cualquier chance de que Limón Soda me invite a un evento)
Es agradable, y lo bueno es que dura toda la velada.
Llega el pollo.
Les dejo un segundo para admirarlo.
Efectivamente, la salsa agridulce es buenísima: tiene un toque dulce, amargo y picante a la vez. Apto para amantes del picor, pero no nivel ohpordio me salió una úlcera. Siento que el pollito con salsa es ampliamente superior a cualquier otra modalidad. La próxima vez pediremos solo con salsa, en vez de mixto.
Aunque no me malentiendan, sin salsa la fritanga sigue siendo excelente. Pero sigo recomendando full con salsa.
Buenas papas chips, también.
Nabos. No sé qué más decir, son nabos. No me gustan los nabos.
El resto de la carta es acotada: ensaladas, ramen, trutros. Pero conocen bien su pollo. Inesperado y agradable. Buen servicio, rápido pese a lo colapsado del local.
Se cancela en el primer piso en una ventanilla con tu número de mesa. Extraño, pero rápido y eficiente.
Por cierto, si viene con niños, arriba hay una salita con libros y juegos, incluso una mini-arcade, así que pueden estar ahí, en vez de aburrirse en la mesa.
Conclusión: la porción es gigante, la limonada es gigante, todo es gigante, haciéndolo ideal para ir con amigos, colegas, etc. Bien como para este finde, ¿o no…?
Dónde: Chicken Story, Antonia López de Bello 267, Recoleta
Precio: Todo lo consumido $19.700
La Nenuca Con Tenedor 