Un día salimos de la casa del Nenuco allá en Queens (también conocido como La Reina), y en el camino -a La Nonna, de hecho-, nos encontramos con esta chocolatería de especialidad. Entramos a puro curiosear, pero a quién engaño: obvio que me iba a comprar algo. Mostrarme chocolate es el equivalente sensual a…mostrarme chocolate. Nada supera mi amor por el chocolate.
Y descubrimos un mundo aunque pequeño, bien surtido de productos derivados del grano de cacao, dulce fruto dueño de mi alma chanchesca. Bombones con montones de rellenos, algunos bien originales. Trufas de té (sí, de té), naranjitas, mazapanes, cosas sin azúcar (no solo tabletas simples, también bombones rellenos!), tabletas orgánicas, chocolate caliente en polvo y unas cucharitas de chocolate, ideales para regalo (ojo con ese dato)
Todo elaborado sin preservantes ni saborizantes artificiales, con bastante alto porcentaje de cacao (Go Go Antioxidantes!)
Los bombones se venden tanto en maravillosas cajas para quedar como rey, o por separado, gracias al cielo. Pucha que frustra cuando no los venden al detalle, así cómo puedo elegir. No me compro la onda Forrest Gump de ‘no sabes lo que te va a tocar’, yo quiero saber!
Tras una muy paciente atención, salimos con nuestras compras en un bello cartuchito.
Acompáñenme que les cuento todo lo que pillamos.

Mejor que navidad.
Chocolate caliente en sobrecito. Natural, le lleva solo cacao, leche, azúcar.
Y en este caso, lo que destaco en la foto: el ingrediente esencial que convierte a esta pócima en verdadero elíxir de vida.
Pucha, nos encanta la canela, po. Nos ponemos poéticos.
Dice ser una sola porción, a preparar con 180ml de leche hervida, pero hicimos dos tazas que quedaron perfectamente ricas, y que acompañamos con pan amasao de La Nonna para un desayuno de campeones.
Destaco también este alfajor de quinoa. Porque nunca habíamos visto un alfajor de quinoa. Lo llevamos porque somos fans de la quinoa en todas sus formas, por qué no en forma de alfajor? (o de fichas?)
La quinoa viene como una suerte de cereal, como un Natur más durito. El chocolate es bien dark, así que contrasta el amargor con lo dulce del manjar. De todo modos el alfajor en sí no es tan dulce, así que cae bastante bien y liviano.
Trae quinoa, avena, clara de huevo, azúcar, leche.
Les muestro la textura, porque visualmente mata:
Y a lo que vinimos: 100 gramos de pura belleza. Notarán que repetimos un par, pero es que nos costó elegir sabores que nos gustaran a ambos. Es más difícil de lo que parece, pueh.
Van los sabores (espero acordarme bien?) y les cuento de qué va cada uno. Crema de manjar con whisky: buen aroma. Frambuesa: chocolate blanco y fruta. Fue una de mis excepciones, ya que al Nenuco no le gusta el chocolate blanco (siento que siempre echo al agua al Nenuco con sus mañas; me va a retar por esto, jajaja). Rosa y miel, sabía a ambos perfectamente; un sabor se siente primero, y el otro es el remate. Mango, dulce y acidito, bastante sabroso. Menta: grande y fresquito! Canela: pucha que loveamos la canela; fragante y especiado. Piña: otro de chocolate blanco, crema de chocolate y trozos de piña en licor; exótico.
Les dejo otra toma, por son super bonitos, de verdá verdá. Nos daba casi penita comerlos. Casi. Pero no suficiente para resistir.
Y más detallitos, porque amo el color:
De todas formas un hallazgo, un tesorito escondido. Volveremos seguro por el chocolate caliente (y los bombones, obvio)
Dónde: Dinkenesh, Av. Larrain 6850, La Reina