Por razones de fuerza mayor (flojera) asistimos el domingo, último día de la feria. Nos imaginábamos que la cosa iba a estar al completo y que la íbamos a sufrir, pero llegamos tipín 11:30 am y no había nadie, onda full crí-crí. Por supuesto ya luego a la hora de almuerzo y más allá, hubo un lleno respetable, agradable; no de colas eternas, si no lo justo…de repente sí fue mejor venir este día? Lo dejaré como recomendación a futuro.
La feria no es muy grande, por lo que es fácil de recorrer, reconocer toda la oferta y probar lo más que se pueda. Agradezco a San Guchito que sean más y más locales los que pongan promociones sensatas, cosa de poder degustar lo máximo posible, sin romper el chanchito, porque qué pena matar a mi porcino de Pomaire.
Asian Food
Fue con una de estas promos que caímos en nuestro primer engullimiento del día: Asian Food. Un carrito originalmente de comida china adaptado en esta ocasión a sánguches, que por $6.000 te dejaba probar dos de sus platillos más icónicos en ciabatta pequeña.
Pedimos uno con carne yang tzé (como una mongoliana con además zapallito italiano) y un pollo thai (con curry, zapallito y coco)
Carne: sentí el olorcito rico a churrasco a millas. Y eso era, un churrasco, pero a lo chino. Un novedoso choque de sabores, que funciona. Tiene el gusto familiar del churrasco, que te pega la patadita china al final. Los juguitos mojaban el pan como la orillita de una playa. Y es super realizable en casa.
Pollo: el que más me gustó, personalmente. Faltó coco a mi parecer, pero estaba bien agradable. El zapallito absorbió el sabor de la salsa, por lo que aportaba en consistencia y textura, más que gusto. Único bemol es que el pan estaba un poco seco.
Podemos concluir que lo asiático queda maravilloso en los confines del pan.
Nos regalaron galletas de la fortuna. Las amo. Me encanta su sabor, su forma rompible, y sus fortunas, sobre todo las que están mal escritas o no hacen simplemente ningún sentido.

Veamos qué nos depara la suerte incongruente…

Ah.
La Naranja Mecánica
Como hacía don calor (estilo Bienvenidos al Club de la Insolación. Miembros activos: nosotros) uno de los puestos más populares fue la famosa Naranja Mecánica, con su simpático stand de naranja partida y jugos naturales heladitos de medio litro ($2.800) con nombres sacados de la novela/película. Iba a poner algún meme de ésta, pero lo encontré como muy grave.
El Nenuco pidió un Naranja Mecánica: naranja, mango, jengibre. Como él es sano, lo pidió sin aúcar, ni stevia. Obvio que lo hallé amarguito, pero bueno. A él le encantó.
Yo pedí un sour berry’s, o sea limonada con berries (y azúcar). Una de mis combinaciones preferidas de la vida. Ácido y con dulzura justa. Estaba mortal. Hubo que amarrarme para no tomarme el medio litro de un sorbo.
Juguitos como éste me hacen pensar por qué no tengo un stock permanente de berries congeladas y zumo de limón? Total, tengo juguera. Luego pienso en que hay que licuar la fruta, lavar la juguera todos los días, y ahí se me pasa. Que haya más carritos, porfa, para los flojines como yo.
Doble Queso
Hace tiempo que veníamos escuchando de este emprendimiento, que se destaca por ofrecer una caja a domicilio para armar tus propias burgers Doble Queso. Marginalmente más baratas que por ejemplo Streat Burger, pero en esa línea estilo Shake Shack que ha estado llegando fuerte a estos lares.
Probamos la clásica simple con cheddar, cebolla, pepinillo, tomate, lechuga y salsa secreta -una mayonesa especiada- ($4.500) y es bastante correcta, debo decir.
Ya, tal vez no sean las mejores hamburguesas del mercado, con la oferta de hoy las hay mejores de este tipo. Pero le pega mil patadas a un whopper, a la vez que le hacen un karatechop a McDonald’s de paso. Y si pides la caja, puedes armar 10 burgers igualitas a las suyas, hasta con el envoltorio. ¿Qué mejor?
Demostración con Soprole y Hugo Magna
Después nos aprontamos para una rica demostración de cocina con el chef de Soprole Food Professionals, Hugo Magna, con la animación del simpático Daniel Greve de Nirvino. Le menciono su página solo porque me cae bien!
Preparó un tremendo sánguche de costilla de chanchito al horno con comino alemán, miel, y soya, además de poroto negro refrito y queso gauda, acompañado de papitas al horno con mantequilla y una salsa de queso Philadelphia, con kétchup casero. Su kétchup me llamó mil la atención: llevaba tomates naturales, de tarrito y cherry, y usó manzana para darle el dulzor característico. Así tal cual. Estaba bastante rico, aunque no sé si lo cambiaría por mi Heinz. Dejémoslo como opción, mejor.
El sanguche más que correcto y papas de los super dioses. Además nos ganamos una pechera por contestar qué era el stretching. Es esto, btw:
El Casero
Luego re-visitamos a los chicos de El Casero, a quienes conocimos en Paula Gourmet, y a los cuales seguimos desde ahí incondicionalmente, como chiquilla embobada. Mi amor es real.
Gracias a nuestras palabras en el artículo anterior, nos regalaron otro cubano para degustar en esta ocasión. Y obvio que lo fui a cobrar. Y no me decepcionó, nuevamente. Cubano, te adoro.
Otros destacados
Como siempre, destacamos otros stands y productos que llamaron nuestra atención. Como por ejemplo el stand de Goose Island y su tap de gansito, por favor mírenlo, es demasiado tierno, lo amé mal.
El stand de Jameson tenía un área de lounge y un taca-taca. Además repartieron shots en toda la feria. Siempre atenti a esos freebies, chicos!
Estos sánguches de Capicúa y de la picá Casa Combi estaban enfermamente tchantchos:
Mención especial a El Camino, un local favorito nuestro de Barrio Italia, en cuyo carrito se podía armar un sánguche a la pinta de cada uno por $5.000. Énfasis en el brisket, especialidad del local, y sobre todo destaco la colaboración con King’s Hawaiian, quienes pusieron el pan. Y si no han probado aún ese pancito dulce, blandito, hecha de nueva de deliciosidad, partan ahora mismo al super, en serio.
En el stand de La Chanchita tenían sánguche de locos! Lejos lo más original que he visto hasta ahora.
Mención honrosa para La Ruka, con su personaje del fraile, el cual entregaba absolutamente cada pedido como si se tratara de una bendición. Y tal vez lo eran.
Consejo para una próxima edición: venga dispuesto a chanchear; si no saca el puerco que lleva dentro, no vale mucho la pena. No coma en todo el finde, y aproveche acá de degustar!