Sé que parecía que habíamos terminado con Frutillar, y lo hicimos. Esta maravilla de local la pillamos el último día del viaje, en Puerto Montt. Así que tamos bien.
A modo de preámbulo les cuento que visitamos Angelmó, una pequeña caleta con un mercado, cocinerías, etc. A estas alturas yo ya estaba bien chata; no en sí de viajar, si no de la cosa turística; como que ya había visto el mismo paisaje. Que no lo engañen. La vista más relevante de todo Angelmó no es la caletita ni los cerros. Son estas linduras:

Holi
Y lo siguiente más importante, es demasiado importante para esta alma cerdita: el mercado en sí: compramos quesos de mil tipos -para regalar y para nosotros-, ajo chilote, mermeladas, y lo más relevante: merkén sureño, como de tres tipos. Tengo montañas de merkén ahumado, ahumado entero, molido ahumado, etc. y soy feliz.
Volviendo al terminal, comenzamos nuestra búsqueda del mejor local de Puerto Montt, el cual solo se ubica si se conoce el dato. No está a la vista, ni en una avenida principal, si no escondidísimo en un cerro; no puede verse ver desde abajo, ni se publicita de casi ninguna manera más que boca a boca, y si se busca en aplicaciones como Tripadvisor. Tomamos un taxi, porque el camino era de subida, y comenzaba a llover -como siempre-. Por suerte, el taxista estaba ya familiarizado y nos llevó sin problemas a una casa doble, con una puerta que costó encontrar, y un pequeño letrero.
Así llegamos a Chile Picante. Y acá comenzó la maravilla.
6 años lleva funcionando este local que solo puedo calificar como the secretest de Puerto Montt (secret + best) Ofrece todos los días un increíble menú a $10.500 p/p con 3 opciones de entrada, 3 de fondo y 3 de postre, usando ingredientes autóctonos de manera gourmet y creativa.
Nos reciben con una variante de churrasca (sopaipilla sin zapallo), creada por el dueño, acompañadas de pebrecito bien molido, fresco, de picor suave. Aprovechamos de pedir jugos naturales. Ojeli, los jugos y bebidas se pagan aparte, no vienen incluídos en el menú diario (Y sí, nos pasó ese chasco…)
De entrada, pedimos pollo en salsa cacho de cabra y un crudo de merluza con ulte. Para quien no sepa, el ulte es el tallo del cochayuyo fresco.
La presentación en general es bella, y les advierto que los platos se ven pequeños, pero la porción es justa. Son bocados gourmet, y lo valen, créanme.

Los platos se ven así
El pollo, picantito fuerte, pero rico. El picor se va acumulando, pero por su sabor agradable hace que valga la pena todo mínimo sufrir. La salsa, increíble. Adictiva, casi lamí el plato.
El crudo con ulte, fresquito. Nada de mañas acá con el cochayuyo, porque acá lo preparan riquísimo y bien suave. Increíble.
De fondo pedimos el lomo de cerdo michuñe merkén, y era decididamente heavenly. Con papas de varios tipos, como corresponde, y una deliciosa salsa. Lejos el cerdo más feliz que he probado. Ya no como mucho chanchito, porque me dan pena, pero mataría hasta al chanchín de Winnie the Pooh, si lo van a preparar así de rico.
Pedimos también una merluza con mantequilla de orégano y vegetales; suave y blanda como una nube. Hasta los vegetales -que nunca son mis mejores amigos- eran del cielo, con dat salsa de mantequilla, que se fundía con el orégano fresco. Nuevamente, una bella presentación con un toque de revista.
De postre, un bizcocho de avellana vainilla con granita de pipeño. Sí, tal cual. El quequito es delicioso y diferente. Exquisito, untado con la salsa. La granita de pipeño sí que es innovadora. Así yo podría beber, ya que como saben, no tomo mucho (salvo un Rosato spritz y un besito de amarula)
El segundo postre fue un sorbete de ruibarbo. El ruibarbo es rico como fruta, como sorbete, y como la confitura que acompañaba a éste. Especialmente al probar ambos juntos, con la menta de guarnición. Como ya he dicho, en el sur la menta fresca es diferente, mucho más fuertona.
Chile Picante es para mí y por lejos, el mejor restaurant que haya visitado el 2017, sumando criterios como sabor, calidad, creatividad, utilización de productos locales, conveniencia, relación precio. Simplemente increíble. Este hombre es un dotado de la cocina. Y creo que no hubiera importado lo que eligiéramos del menú, todo lo hace rico.
Si anda en Puerto Montt o cerca, es parada obligatoria. Yo al menos, volvería solo por este local.
Dónde: Chile Picante, Vicente Pérez Rosales 567, Puerto Montt
Precio: menú a $10.500 cada uno. Ojo, como casi todo en el sur, lleve efectivo o esté dispuesto a hacer transferencias in situ.
sin duda » Chile picante»…es un lugar muy exclusivo..lleno de sabores diferentes y novedosos,elaborados con mucha dedicación por su propio dueño…totalmente recomendable
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Muy de acuerdo! De mis lugares favoritos, desde que comenzamos el blog. Gracias por el comentario!
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Personalmente he tenido el inmenso agrado de comer en un par de ocasiones en este local, debo decir que me he quedado siempre sorprendido como es la presentación, elaboración, como es la desarrollan ideas con productos locales, en lo personal me transportan; me hacen sentir la identidad de nuestro sur elaborados y presentados de una manera exquisita.
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Muy de acuerdo, encontré increíble este local, el modo en que usa los ingredientes locales, la creatividad del chef. Todavía lo tengo en mi top 3 de la vida, y me encantaría volver.
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