[La cuarta B es de ‘Burger’, obvio]
Yo siempre ando buscando «la» burger gringa (en realidad, la que más se parezca a In-N-Out…) y encontré finalmente algo bien similar en locales como Streat. Pero amigo, ¿cómo no va a existir una versión un poco menos onerosa? Una Burger tiene que poder comerse todos los días. No digo que sea saludable hacerlo, pero tiene que tener un cierto valor más equilibrado.
Escuché por ahí de un local llamado Holy Moly, que estaba causando buena impresión. Después se me olvidó totalmente, porque si no lo escribo en un post-it gigante y me lo pego en la frente, no me acuerdo ni de cómo me llamo. Por suerte, andábamos paseando por Lastarria (en realidad veníamos huyendo de un panorama familiar muy fome), cuando nos cruzamos con este pequeño local de 3 mesitas y una barra.
Entramos, y estaba lleno de gringos. Déjenme decirles que eso es super buena señal. Un gringo conoce sus burgers, y las busca activamente, hasta dar con la más similar.
El local en sí es gringo-friendly, el menú se entiende fácil, los dueños hablan inglés bastante bien y hay pequeñas humoradas, como ésta:

Obvio que le puse como un millón de pesos
Así como es pequeño, acotada es la carta (al igual que In-N-Out. Eso para mí implica buenas cosas)
Burger Clásica ($3.990 regular / $4.990 large)
Cheeseburger ($4.490 / $5.490)
Bacon cheese ($4.990 / $5.990)
Veggie ($4.990)
Papas ($1.200)
Bebida ($1.200)
Extras: tocino – queso ($500)
Además existe un conveniente combo especial que consiste en Cheeseburger, papas y bebida a $5.990
Pedimos el especial, más una bacon cheese regular y otra ración de papas, porque nunca son suficientes. Se puede especificar el punto de la carne, a diferencia de otros locales rápidos.
Llegaron lueguito. Y déjenme decirles que:

Qué fantástica fantástica esta fiesta
Son bien buenas, oiga. Se comen de una, como que no se puede parar. Encima, son manejables y perfectamente comestibles con la mano, como debe ser.
Ambas son deliciosas, realmente, pero por supuesto el bacon es un toque extra que siempre se aprecia.
Nota: como no pedimos mucha variedad y no hay fotos tan diversas, llenaré esta nota de bellas fotos de las hamburguesas que nos zampamos, a ver si les da hambre.
Conseguí hablar con el dueño (porque en realidad me pilló tomando fotos. Adiós comensal anónimo, jaja) Me contó que con su socio vivieron y estudiaron en USA y estaban sorprendidos de lo buena que era la hamburguesa allá, hasta en el local más charcha. Entonces decidieron desarrollar ese estilo agringado, aquella Burger que bien se puede comer todos los días (de hecho hay comensales que se repiten a diario)
La especialidad es la bacon cheese large. Y lo que tiene más salida es el especial, pues la cheeseburger es la básica, la que agrada a todos. Y siempre se le puede agregar tocino por $500 y hacerla diferente, manteniendo el conveniente valor.
Ofrece lo que promete, y está super bien para el precio. Tal vez no es la mejor de Santiago, o la más gourmet, pero es excelente en cuanto a relación precio/calidad. La experiencia gringa más conveniente que he probado. La atención es simpática, agradable y amena. En resumen, un buen dato.
Es al paso, y local pequeño, pero vale la pena hacer la espera. O si les da latita, Holy Moly se encuentra en Pedidos Ya, Uber Eats y Glovo. No hay excusas.
Dónde: Holy Moly, Merced 461
Precio: Unos $12.000-$15.000 para dos personas
Un comentario en “Holy Moly: con las cuatro B”