Hace ene que quería hablar de esta novedosa creación que es Burgerdog, así que con local nuevo recién estrenado hace unas semanas, decidimos reseñar, porque #mencanta traer novedades. Me hace sentir trendsetter.
Admisiblemente, Burgerdog es único. Porque simplemente no existe nada igual en nuestra capital, y me atrevo a decir en esta angosta faja de tierra. La propuesta parece tan simple, que uno piensa ‘cómo no se me ocurrió’, pero la ejecución está llena de detallitos que aportan a la deliciosidad.
Qué es un Burgerdog
Se trata de una suerte de hot dog (o más bien de un completo chileno, porque trae ene cosa), pero la ‘salchicha’ está hecha de carne de hamburguesa, que más encima viene rellena de queso.
No se engañen por las fotos (ni las mías, ni las del menú in situ del local): el sánguche es tremendo y trae toppings y salsas, que en esta ocasión son una mejora desde la fórmula propuesta en el primer local de Luis Thayer Ojeda.
Lo nuevo
Todo es un upgrade en el espacioso local de Santa Magdalena, con su nueva barra de coctelería, ambiente y decoración más para venir a conversar y pasar un buen rato, que estar de paso y comer algo rápido.
Pero la mayor novedad, entre otras, es que tras elegir tu proteína (vacuno, cerdo, ave, mixta o veggie), se puede elegir una combinación de toppings, en versión clásica o especial (que trae un pequeño toque gourmet)
Me parece bien, porque admitamos que uno es medio segurito y no muy aventurero a la hora de elegir ingredientes, mientras que acá se lanzan con combinaciones como la Germana, de chucrut, ají verde y salsa ranchera -y los que me conocen saben que no tocaría el chucrut ni con varita-, o la Chilena especial, de cebolla, palta y una salsa de tocino-tomate que te mueres, te levantas para seguir comiendo, y te mueres de nuevo.
Las salsas que acompañan estos toppings son 10, todas hechas en el local. Destaqué nuestro Top 4:
-BBQ, receta gringa
-Cilantro-Lima, con yoghurt y mayo
-Mayo 100% casera
-Mayo Boston, con cilantro y ajo (yassss)
-Ranchera, con crema ácida, ajo, mayo y ají verde
-ToTo, de tomate y tocino ahumado
-Alba, con mayo, albahaca y oliva
-Oraleee! (picante), con jalapeño, cebolla y ajo
Y ojeli, vegs y veganos que siempre me preguntan ‘¿y nosotros cuándo?’, la opción de proteína para ustedes es 100% vegan, similar a una vienesa, y le lleva carragenina, que proviene de un alga que hace que no se desarme. Lo hallo clave, porque he probado burgers de legumbres que pueden estar muy exquisitas, pero como son secas, se desmoronan.
Todas se sirven con papas de la casa sin piel y un potecito de salsa de mayonesa ajo.
Probamos
Partimos fuerte con unas papas rústicas del campo como pa compartir ($6.900) que vienen en una piscina de salsa de queso con ciboulette y nada menos que champiñones salteados, además de un toque de paprika y sal.
Nunca había comido papas fritas con champiñones, debo admitir que le da una ondita medio gourmet a esta chanchada. Aprobado.
Seguimos con mozzarella sticks ($4.900) porque nunca no voy a pedir palitos de queso fritos, es un ansia más fuerte que yo. El apanado es bien firme, el queso está weno y viene con la salsa más maravillosa de la vida, onda casi lamí el pote: cilantro-lima-yoghurt. La razón es sencilla, al ser más ácida, suaviza la pesadez de la fritanga. Es un matrimonio perfecto. Quién dice que el amor no existe.
Esto ya fue muy chancho, pero no pudimos evitar probar los jalapeño poppers ($4.900), por una razón específica: estos son los únicos realmente picantes que hemos pillado. Y eso se valora ene cantidá, porque amamos el picante tanto como odiamos a nuestros hígados y los queremos castigar, pero en buena. Vienen acompañados de salsa ToTo, de tocino ahumado y tomate. Sublime.
Vamos a los burgerdogs:
Pedimos una Mixta criolla especial ($6.650), porque siempre hay que probar la mezcla de vacuno/cerdo: es ley. Trae tocino a la plancha, salsa ranchera…y chucrut. Sí, ya sé lo que dije del chucrut, tengo un trauma con el chucrut. Pero a lo Anthony Bourdain, hay que probar de todo. Y saben qué, estaba exquisito. El chucrut acá se cocina con los juguitos del tocino, y la salsa de crema ácida, mayo y ají se mezclaba bien con el sour natural del chucrut. Nadie me cree, pero de verdad me gustó, fue como raro probar un chucrut tan delicioso.
También nos lanzamos con una Ave rumana especial ($6.850) porque nos dio curiosidad, pues generalmente hay preconcepciones respecto al pollo: que es seco, que es más fome, que no va a ser tan delicioso en forma de burger. Pero la verdad es que la carne estaba jugosita y rica y ni hablar del relleno de queso. Además que el acompañamiento es tocino a la plancha con cebolla caramelizada, combinando el gusto cárnico ahumadito del tocino, con lo dulce de la cebolla, todo coronado por una wena mayo casera.
La amé al punto de hacerle un merecido close-up:
Remojamos todo con una limonada menta bien correcta ($2.400) y una english red ale artesanal ($3.800 los 500cc)
Para terminar…
Como si fuera poco, pedimos un helado 100% artesanal, de una heladería que gusta de los sabores poco comunes (por ejemplo, pipeño p’al 18). Era de maní salado, pero sabe realmente a mantequilla de maní con chips de chocolate, así que no se asuste. Pedimos uno solo sí, como para conservar la línea.
Por cierto, todo lo que no se haga en el local, se encarga a negocios familiares y pequeñas empresas, manteniendo así una calidad artesanal. Así que sepan que todo lo que se lleven a la cuerpa es bueno, rico y (casi casi) sano.
Sepan que además estrenan una hamburguesa redonda, porque no falta en un grupo el que no quiere salirse de su concepción de la hamburguesa y quiere dar la lata. Al menos puede comerse una buena. Se llama Oveja negra, porque siempre hay una en toda familia, así como hay un latero en todo grupo.
En resumen: creativo, rico, e imperdible. Y ya se lo he estado recomendando a medio mundo antes de sacar esta nota. Ese nivel.
Dónde: Burgerdog, Sta Magdalena 90, Providencia
Cuánto: unos $25.000 por dos personas, si se come un poco de todo. Todos sabemos que sí.