Aunque no goza de la preciosa terraza vista al mar de su casa matriz en Algarrobo -sí, los engañé con el banner, muajaja- ciertamente conservan el nivel de su café, y ya se ha convertido en la cafetería de especialidad más hot de Viña del Mar.
Inspirados por la leyenda del pirata que les dio el nombre, un chileno y un brasileño comenzaron a importar granos desde pequeños agricultores en diversas regiones de Brasil, para así obtener un buen abanico de sabores.
Sea que ustedes pululen los milquinientos Starbucks de Chile, o estén ready con un Nescafé, todos notamos la diferencia con un café de especialidad, y de a poco hemos estado aprendiendo a consumirlo. Y acá hay gran variedad de bebidas relacionadas al café, desde ristreto a affogato, e incluso una amplia variedad de filtrados en prensa francesa, V60, Chemex y más.
Y como no solo de café vive el hombre estresado, también hay una buena selección de té con mezclas propias ($1.900), como el navideño, que trae almendra, manzana, canela, vainilla y copitos de azúcar, o el Especias de Leonor, con clavo, almendra, anís, cáscara de cacao, canela y pimienta rosada. Estoy full esperanding que esté helado allá, para probarlos.
Es pequeñito, pero cumplidor, solo hay que tener paciencia para esperar una mesita, o hacer lo que la mayoría prefiere: café para llevar.
Lo más popular es la promo de un americano o cappuccino + un muffin ($1.900). Pero por $400 más se puede agregar al americano un shot de micro lote. Sí, yo hice la misma pregunta: ¿qué es micro lote? Se trata de un lote de café pequeño que se produce por separado, se escoge moderadamente o se procesa para tener un carácter especial, o sea, cafés únicos y especiales, un poco como #una.
El café es menos amargo que otros, conservando un toque acidito, y no necesita azúcar, marca de cualquier café bien extraído. Tiene apenas un suave reguste. Un acierto.
Por recomendación del atentísimo barista, pedimos el muffin de zanahoria y nuez. Y no se equivocó: diohmío, es el mejor maldito muffin que he probado en la vida, sabe ene a canela, es maravilloso y lo amé.
Pedimos además un smoothie (que no es realmente tal, si no más bien un shake de leche con fruta). Lo pedí de manzana, porque me pareció más inusual ($2.900)
Y es ciertamente diferente, lechoso, refrescante y super frío. Trae harta espuma. No tiene mucho sabor, la verdad, es demasiado suave. Pero se agradece con el calor.
Pero qué es una cafetería sin algún acompañamiento a las bebidas. Pedimos un sandwich Brasilero ($3.300) de jamón, queso y palta -no pude resistirme, tenía palta!
Viene prensado en ciabatta, y está bien hechito. No es para matarse, pero está ideal para el café. Calentito, sin arruinar la palta, que se mantuvo fresca.
La atención es excelente y buena onda. Cuando nos vieron tomando fotos pa’l blog, nos regalaron un precioso blend espresso doble con latte art a temperatura perfecta, que tampoco necesitó azúcar. Agradable, relajante, cantidad precisa de leche.
Finalizamos con una limonada, que era más bien como un jugo real de limón. Igual estuvo refrescante, aunque le faltó un poco de sabor. Ultra natural, sosí.
La especialidad es el café y el té, el resto es solo acompañamiento. Súper recomendable y para qué agregar que más baratini que el Starbleeeeep (la censura).
Más info en su web, donde además pueden comprar sus cafés para prepararlos en casa.
Dónde: Café Mandrake, Calle Ecuador 107, Viña del Mar
Precio: Promo café con muffin + sandwich + té $7.100, ideal para dos personas.