Este finde pasado fuimos a la décima versión del Bierfest Santiago en el intercomunal de La Reina, y lo pasamos boni capeando el calor (35º, hermano) con este elixir cristalino de cebada que siempre se disfruta mejor heladito.
Obvio que el festival contó con #ComíaRica y bandas en vivo (Shamanes, Guachupé, Kuervos del Sur y los tributos a Pearl Jam y AC/DC), pero obviamente el foco estuvo en las 150 variedades de cerveza de todos tipos, de las cuales se consumieron miles de litros.
Lo más bacán es que cada stand tenía ‘dedales’ para probar todos los tipos de cerveza y elegir sabiamente (como una heladería); nosotros somos esos lateros que prueban TODOS los sabores, así que terminamos ligeramente alcoholizados, todo sea en nombre de la ciencia.
Si ustedes han estado con este blog desde sus inicios, saben que cervecera no soy, pero el Nenuco sí. Así que nuestra experiencia al menos fue la eterna dicotomía de buscar algo más bien fuerte y «¿no tendrás una suavecita, así como frutal, ponte? es que no tomo mucho» <— yo.
Por suerte, había ene para elegir, entre la popular IPA, las con especias, las birras con whiskey, frutales como frambuesa, manzana, calafate y cacao, e incluso una suerte de café helado con cerveza negra.

Chí, cheñol.
“Durante el fin de semana llegaron familias completas para disfrutar del rock, de la cumbia y pachanga, siempre en un ambiente seguro y amistoso. Una vez más, el público se atrevió a probar nuevos sabores y cervezas novedosas del mercado, eso reafirma que estamos haciendo las cosas bien y que Bierfest Santiago sigue marcando dentro de las fiestas cerveceras del país”.
–Albert Walker, fundador de Bierfest

Como en todo festival, se puede comprar un stein y ahorrarse el plástico ¿Ecológico, o no?
Lo que probamos
Intentamos probar la mayor cantidad de marcas posibles, obvio que no pudimos con todas, pero acá hay una selección de las que me acuerdo las que nos parecieron mejores.
Por segundo año en Bierfest, Cerros de Chena nos sorprendió con una fuerte barley wine y una cream ale suuuuper suave, además de una más dulce ambar ale.
Mossto, una cervecería santiaguina con apenas 4 añitos en el negocio, trajo 5 estilos entre amargas y suaves, todas con nombres bien creativos. Probamos la Jugosa (como un curao jugoso): resinosa, amarga, con más de una docena de tipos de lúpulo, y una summer ale, mucho más light. Ojo, que también son un local Brewfood, donde la comida hecha a mano está pensada para armonizar con las cervezas.

Encontré el Pudú.

Cerveza Santiago, con su ámbar, golden, stout y miel.
Nyd Bier, una marca de La Florida, se presentó con una stout bien maltosa y acaramelada, que el Nenuco describió como «sabrosa».
Me detengo un poquito en los amigos de Altamira, que son de Valparaíso donde tienen un local, además de contar con un museo de la cerveza (anoten panorama, chiquillos), debido a que trabajan con la receta que trajo el inmigrante irlandés Andrés Blest, el primero en traer la cerveza a Chile.
No solo eso, sus productos han sacado aplauso y premio, y es donde más tipos probamos. Una refrescante pale, una firme IPA una especial belga con durazno y plátano, una stout que recuerda a café y chocolate, y una wheat heavy (maltosa sin ser muy fuerte)
De verdad sentimos la cebada, además de ser balanceadas sin ser acuosas. Un siete.
La cervecera Jabalí de Lampa es más bien nuevita, y ha sido el resultado de dos años de trabajo desde la hacienda donde tienen un restaurant y un criadero de jabalíes. Nos sorprendieron bastante con una dark ale y una fruit beer, efectivamente frutosa.
Amor a Volcanes del Sur de Linares (termas de Colbún), donde su producto más popular y que nos terminó tentando es la summer lúcuma, que efectivamente sabe al fruto y es exquisita. Ojo, que la marca se puede encontrar en supermercados y botillerías.
Los maipucinos de Mestra trajeron lager, amber, scotch, stout y APA, junto con una artesanal sin alcohol. Además, cada variedad corresponde a un barrio diferente de Santiago.
En Khronos no pude evitar probar una michelada salvaje. Desde que descubrí la michelada, se volvió mi trago fetiche para cuando es obligatorio tomarse algo con alcohol, y obvio que esta versión con picante y tajín no me fue indiferente. Casi muero, era tan grande.
En el frente internacional, Schlappe-Seppel trajo una de limón que llamó mucho mi atención, porque era suave, casi como una bebida gaseosa. Bien refrescante, la recomiendo para los cabeza de pollo como yo.

Nunca no fotografiar al elefante de Delirium Tremens
Fuller’s proviene de Inglaterra, y son los creadores originales de la ESB, además de la famosa IPA. Y quién más que los londinenses para saber de cerveza.
Mis dos ositos, @ Tübinger:
Estos cabros de Jelen provenían de nada menos que Serbia, y ofrecían refrescantes latas de cerveza tipo bebida en pomelo y limón. Si han probado la Lemon Stones, Jelen es aún más suave, y de verdad es como tomar bebidita. Espero entre fuerte al mercado, porque me encantó y es ideal para pasar piola en la mesa donde te miran feo si pides solo una coca cola, porque todos están tomando.
A la hora de comer, nos tentamos con estas mechadas en ciabatta gigante de Aloha, con una clásica y un chacarero.
(Sorry el fail de estas fotos de sánguche, les juro que se veían mucho mejor en la vida real, pero yo creo que francamente a estas alturas ya estaba curá.)
Lo mejor del evento es que al ser en parque, era abierto a mascotas. Este cachorrito de french bulldog se lleva todos los premios: