Valdivia IV: El Growler

Después de una mañana entera explorando el jardín botánico de Isla Teja, pasamos a este mítico local cervecero a probar sus bondades gastronómicas. Más recomendado que amigo soltero, el Growler es uno de los mejores locales que probamos durante nuestro periplo a Valdivia.

Partimos con un Fish & Chips ($6.500) porque traíamos hambre y nada hacía presagiar que acá todo era nivel Andre the Giant. Amigos, era un enorme y delicioso balde de triglicéridos, con suaves y diversas porciones de pescado blanco fritas en exquisito batido, ideal para compartir, o comer solito y solamente (con calma, sí; ojo con las espinas) y por si fuera poco, debajo venían enormes papas fritas caseras en gajo con cáscara, además de salsa y limoncito. Un manjars.

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Yo pedí un sandwich de cerdo ($6.500), y esperaba exactamente eso: un montoncito de cerdo dentro de dos panes. Y no, po. Aparece un manso plato con una montañita de cerdo tipo pulled pork en salsa BBQ dulcecita, acompañado de otro montoncito de col con moras, espinaca y camote frito. Al segundo, llega una cesta con 3 pancitos para armar tus propios sliders. Contundente, atractivo, delicioso.

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El Nenuco pidió un Reuben ($9.600), el cual es un sánguche gringo con corned beef, una carne en salmuera que se hierve en vinagre, y queda bien acidita, amén de que además traía chucrut y pickles. En el fondo, es como bien germano, cosa que pinta bien con Valdivia. Y es enorme, cosa que se justifica con el precio.

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Tamaño, junto a un salero

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Corned beef

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Sorry, estoy obsesioná con ese sánguche

Es que hablemos del tamaño de todo: por primera vez en mucho tiempo, tuvimos que pedir para llevar. No es que lo encuentre indigno, es que me da lata, porque no pude pedir postre. No sé si me entienden, tiene que ocurrir un desastre natural para que yo no pida postre; yo podría estar en medio de un cataclismo glaciar e igual me van a ver armando un cono de helado. Así que ojo con las porciones, o lleven espacio en el bolso para llevarse la bolsita pal perro.

Para regar todo esto, pedimos un limonada ($2.800), super ácida, gigante, rica, con un toque de jengibre. También probamos la famosa sidra de manzana, típica de Valdivia ($2.500); es como un espumante, pero más ácida. No fue de nuestro gusto, la verdad, pero salimos de dudas.

Y como es cervecería, pedimos la Porter de la casa ($2.800 el medio), agradable, bajita en alcohol, refrescante, pese a ser amargosa. Un deleite.

Dónde: El Growler, Saelzer 1, Isla Teja, Valdivia
Precio: todo lo descrito, $30.700, pero consideren que fue almuerzo y cena para dos

 

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