En esta nota exploramos la bebida que la está llevando en Chilito, y probamos un kit para hacerla fácil en tu propia casa.
Si no estaban viviendo bajo una roca a lo Patricio Estrella, ya han cachado cómo ha ido entrando de a poquito la kombucha a las bebidas predilectas de Chile. Se trata en pocas palabras -porque me da flojeritis escribir tanto-, de un fermentado que se hace en base al té, con apenas un ligero toque alcohólico y efervescente, lo suficiente pa darle chispa. Además, es super sanito porque tiene una dosis considerable de probióticos.
Y si ustedes son como yo y de repente les baja la media volá antisistémica y tienen ganas repentinas de hacer todas las cosas ustedes mismos, Kombucha Kit fue el regalo ideal para probar a hacerla nosotros mismos en la casa.
La verdad estaba dudosa al principio, pero fue harto fácil seguir las instrucciones (paso a paso y con dibujitos, muy a prueba de leso), y en un ratito, teníamos todo listo.
Ahora, no crean que van a tener su kombucha ready en un puro día; la fermentación es un proceso sagrado, y toma su par de semanitas para que esté todo OK, pero vale harto la pena.
Ya, me dejo de chácharas, y vamos a la reseña del producto:
¿Cómo es Kombucha Kit?
En una cajita super bien presentada -ojo, eso lo hace ideal para regalo!-, viene prácticamente TODO lo que se necesita para preparar la kombucha, salvo los recipientes, obvio.
Pero fuera de eso, de verdad está super bien pensado, trae hasta lo más mínimo, como por ejemplo el elástico para sujetar el filtro, cosa de que no andes como alma en pena buscando viejos fajos de billete que sabes perfectamente que no existen, o corriendo a último minuto a la librería de la esquina, cual cabro de básica un domingo por la tarde.
Contiene:
El tecito
El azúcar (rubia)
El SCOBY
Complementos: filtro, elástico, sticker para marcar tu frasquito e instrucciones
Paso a paso!
Las instrucciones son bastante simples, pero igual haré un pequeño paso a paso según nuestra experiencia, para poder precisar algunas cositas y que no anden adivinando.
1) En una olla, calienten como un litro de agua, hasta casi hervir (como cuando empiezan a salir burbujitas pequeñas) esto es clave, el agua debe estar caliente, pero no hirviendo, porque el agua hervida quema el té de hoja (((Y eso es válido para cuando se hacen una tacita de té, también)))
2) Agreguen el té, y déjenlo reposar unos minutitos. El tiempo de reposo depende del tipo de té. Como es té negro, 10 minutos está más que bien. Igual depende de qué tan cargado les gusta: a más reposo, más amargo. Yo soy super mamadera, así que lo dejé por menos tiempo del recomendado. Luego, retiren las hojitas de té. Para hacerla corta, yo colé el té con un colador de cocina común y corriente. Aprovechen de trasvasijarlo, si les parece necesario.
Mientras esté caliente, agreguen el azúcar y revuelvan hasta disolver super bien. Si el té se enfrió, filo, caliéntenlo de nuevo un poquito. Yo lo hice, y no problem.
3) Una vez listo, déjenlo enfriar a temperatura ambiente, cubierto con un pañito.
4) En un frasco de litro (el típico para hacer mermelada o yoghurt), viertan el té hasta llenar 3/4 del frasco. Ayúdense con un embudo.
Es solo 3/4, porque tiene que quedar espacio suficiente para agregar el SCOBY y el líquido iniciador que viene junto a éste y además dejar espacio para la aireación. Les va a sobrar un poco de tecito. Tómenselo nomás.
5) Acá viene la parte clave: el SCOBY.
Se preguntarán qué es un SCOBY. Es la sigla para Symbiotic Colony of Bacteria and Yeasts, o sea, Colonia Simbiótica de Bacterias y Levaduras. Como los «pajaritos» usados para hacer kéfir, es la pieza clave para fermentar nuestro tecito.
Lávense MUY BIEN las manos -para no intervenir las bacterias-, y coloquen el SCOBY en el frasco, flotando sobre el té. Viertan encima el líquido iniciador que viene con el SCOBY. Esto es clave, porque es lo que acidifca el pH del té en la parte superior que es más vulnerable a basuritas, protegiendo así nuestra kombucha.
6) Cubran el frasco con el filtro de tela que viene en el kit, y aseguren con el elástico. Péguenle el sticker de Kombucha Kit, para que en la casa sepan que ahora oficialmente este es el frasco para hacer kombucha.
7) Coloquen el frasco en algún lugar cálido, pero alejado del sol, y dejen fermentar por 7 a 21 días. A contar del quinto día, pueden meter una bombilla bajo el SCOBY y pegar una probadita para cachar si el sabor está adecuado a sus gustos. Igual debería saber entre limonada y vino blanco. Yo lo dejé una semana.
OJO: si durante el proceso ven que su SCOBY se hundió en el frasco, no se asusten. A los días, el SCOBY va a flotar solito por la fermentación. Más lo que me dio pánico la primera vez, pero lo dejé estar y funcionó igual, jiji.
8) Cuando esté con el sabor deseado, pueden pasar su kombucha a un recipiente que se pueda cerrar, por ejemplo, un growler. Si no tienen, solo cierren el frasco con su tapa original, lo más sellado posible. Antes de eso, saquen el SCOBY y guárdenlo en otro frasco junto a 100ml del mismo té, para usar de líquido inicial. Así la próxima vez que hagan kombucha, les va a quedar aún mejor. Incluso pueden regalar o prestar su SCOBY.
Sellen bien el frasco, y fermenten de 3 a 7 días, para que se gasifique. Cuando haya producido ese suave y ligero gas, pueden enfriar en el refri por unas 6 horitas, y finalmente disfrutar su kombucha. FÁCIL.
Si quieren video del proceso, en nuestro Instagram hay stories destacadas con todo el paso a paso!
Dónde: Tienda online
Precio: $12.490 el kit inicial para 1 litro, pero en la tienda hay más opciones y complementos!